Implementar una estrategia digital: como asegurarse de que no falla

La mayoría de las grandes empresas tienen implementadas estrategias digitales. Sin embargo, no son pocos los casos en que éstas fallan… o al menos no dan los resultados esperados, por lo que la búsqueda de la estrategia ideal se convierte en una constante sucesión de expertos e intentos que no acaban de dar con la solución buscada. Pero, ¿por qué se repiten estos errores? Veamos.

La diferencia entre estrategia digital y táctica

Una estrategia digital analiza como el entorno interior y exterior de una empresa afecta a la estrategia de marketing de la misma. Este análisis debe incluir elementos como público objetivo, clientes, fortalezas y debilidades de la marca, acciones de la competencia…

El análisis de todos estos datos y elementos debería servir para formular la estrategia de marketing digital adecuada, así como para detectar el público objetivo de la marca y diseñar el mensaje que se quiere comunicar.

Por otro lado, las tácticas son las acciones que se ponen en práctica para desarrollar esa estrategia. Tales acciones van desde comprobar que tipo de contenidos funcionan en redes sociales, crear vínculos de retroceso de calidad (enlaces que conectan una página web externa a un determinado sitio) o probar campañas PPC en nuevas audiencias.

15 motivos por los cuales una estrategia puede fallar

Ahora que ya se sabe en qué consiste una estrategia digital, veamos quince motivos por los cuales todo puede fallar.

  1. Esperar que implementar una estrategia digital sea una tarea fácil

La implementación de una estrategia suele ser un proceso complejo y desafiante que requiere una cuidadosa planificación, coordinación y ejecución. No es tan simple como pensar en una idea y esperar que simplemente funcione.

2. Esperar que todas las estrategias tengan éxito desde el mismo momento en que se implantan

No todas las estrategias tienen éxito. Incluso las estrategias bien diseñadas pueden fallar debido a una variedad de factores, como cambios en el mercado, resistencia interna al cambio o, simplemente, porque la estrategia implementada no estuvo bien diseñada.

3. Esperar que la ejecución siga estrictamente el plan fijado

La ejecución estratégica es un proceso continuo que requiere monitoreo, adaptación y ajustes continuos para ser efectiva. Los planes están ahí por una razón, pero a menudo sucede que las condiciones cambian. Entonces, el plan previamente fijado necesita de un reenfoque rápido y ágil… que no siempre se hace (al menos, de la manera correcta).

4. Pensar que la implementación de la estrategia trata sólo de su ejecución

La implementación de la estrategia requiere la participación y el compromiso de todos los miembros de la organización. A partir de aquí, los gerentes y supervisores que impulsan la implementación de la estrategia son los que más responsabilidad deben tener. Esto se debe a una razón: son quienes más vínculos tienen tanto con los formuladores de dicha estrategia  -situados en la cúpula de la organización- como con los ejecutores de la misma –repartidos por toda la estructura-. 

5. Pensar en la implementación como un proceso lineal

La implementación de la estrategia no es un proceso lineal. A menudo, esta estrategia contiene bucles e repeticiones que pueden requerir múltiples rondas de pruebas y experimentación.

6. Pensar en la implementación sólo como algo operativo

La implementación de una estrategia no es tan sólo un proceso operativo. También tiene una dimensión estratégica y cultural. Por este motivo, es posible que requiera un cambio de mentalidad y cultura, especialmente entre aquellos profesionales encargados de la implementación.

7. Esperar que el resultado estará garantizado siempre que la estrategia sea sólida

Incluso con el desarrollo e implementación de una estrategia sólida el éxito no está garantizado. Factores como el modo de ejecución y la influencia del entorno externo pueden afectar al resultado final.

8. Asumir una visión compartida

Sin una comprensión clara de lo que la organización espera lograr y cómo planea lograrlo, es difícil que los empleados tomen decisiones informadas sobre cómo proceder. Es importante no olvidar que comunicar una estrategia no significa, necesariamente, que se haya entendido. Preguntar y hacer partícipe al resto de los miembros del equipo –y no dar nada por sabido- es fundamental .

9. El discurso para todos los elementos de la compañía debe ser uniforme y estar alineado

Simplemente con comunicar una estrategia a todas las partes interesadas no es suficiente. Una estrategia debe estar alineada para todos los departamentos, niveles y unidades de negocio de la empresa. De este modo, la implementación podrá ser efectiva y exitosa.

10. Ejecutar la estrategia de modo completo

Algunas estrategias fallan porque nunca se formulan por completo. A menudo, es más fácil culpar de la falta de resultados a la ejecución de una estrategia que admitir que la definición de esa estrategia fue vaga y estuvo inconclusa desde el principio.

11. Ignorar otras estrategias que ya se están implementando en la organización

La nueva estrategia puede activar incompatibilidades con otras que ya están implementando en la organización. El afloramiento de esas incompatibilidades puede provocar contradicciones, confusiones o agotamiento entre los miembros del equipo al tener que manejar estrategias que son opuestas o, al menos, no complementarias.

12. No monitorizar el desarrollo de la estrategia

Cuando no se utilizan las métricas correctas para monitorear y comprender cómo progresa una estrategia, se producen errores en la implementación. Sin comprender el progreso, es difícil identificar éxitos y fracasos.

13. Ignorar la necesidad de tener paciencia durante la implementación

Los más directamente implicados en la implementación de una estrategia pueden querer ver resultados de manera inmediata. Cuando los resultados se esperan demasiado rápido, y no se materializan según lo planeado, a menudo sucede que las personas abandonan la ejecución de la estrategia  o hacen ajustes instintivos.

14. Esperar la participación y el compromiso automáticos de todas las partes interesadas

Incluso cuando una estrategia está bien comunicada, entendida y alineada en toda la organización, algunas partes interesadas pueden resistirse a trabajar conforme a la idea subyacente tras esa estrategia o, simplemente, resistirse al cambio.

15. Ignorar el efecto colateral de las estrategias

Cuando las organizaciones implementan estrategias importantes, tienden a olvidar que estas estrategias pueden afectar a todos los procedimientos normales que se aplican dentro de esa organización. A menudo, los gerentes, y también los empleados, se ven incapaces de adaptarse a los cambios e ignoran la implementación de la nueva estrategia a aplicar. 

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