Hoy todo el mundo tiene su blog… pero, hace poco más de diez años, esta palabra ni siquiera existía. Sin embargo, hoy en día, las cosas han cambiado tanto que hasta las abuelas tienen ordenador, Tablet y/o teléfono inteligente. En cuanto a esas mismas abuelas, será difícil que encuentres alguna a la que (al menos) no le suene la palabra blog. Sin embargo, la cosa se complicará (y no sólo entre las abuelas) cuando les hablemos de copywriting (o del copywriter).
– ¿Hacer Blogging da dinero?
Hay muchas personas que tienen un blog como simple hobby y que no esperan mucho más de ello. Simplemente compartir diferentes aspectos de sus vidas, de sus aficiones, de sus viajes… y poco más. Sin embargo, también hay quien se lanza a hacer Blogging con la sana intención de que su blog tenga tanto éxito que, incluso, puedan llegar a hacer dinero con él. Evidentemente, pocos son los que lo consiguen. Eso si, los que lo consiguen, los que logran convertirse en autoridades en sus campos, un día fueron personas anónimas que sólo tenían dos cosas: un ordenador conectado a la Red y el sueño de poder hacer dinero a través de su blog.
– ¿Qué diferencia a unos blogueros del resto?
Pese a que estas personas son llamadas bloggers, la realidad es que no crean contenidos por el simple hecho de crearlos. Con sus contenidos hablan a su audiencia y, en gran parte, su éxito no viene de lo que escriben… sino de cómo lo escriben. Tienen una habilidad, que, llevada a sus blogs, les lleva a desarrollar una actividad que se llama copywriting… y con la que ganan dinero.
– ¿Cuál es la clave del éxito de un copywriter?
Un simple Blogger simplemente expone información. Sin embargo, un copywriter sabe estructurar los contenidos de una manera capaz de alimentar el deseo de compra… lo que, sin duda, provoca el interés de las marcas. Dicha habilidad se resume en tres puntos:
1. Dominar el arte del titular
O, lo que es lo mismo, que dicho titular debe crear en el lector urgencia por leer, provocar la sensación de que lo que se va a leer es único y alimentar el convencimiento de que ese contenido es específico para cubrir la necesidad de ese lector.
2. Dejar de hablar de uno mismo y sólo de uno mismo
A nadie le importa lo fantástico que uno cree que es el negocio que ha montado. Lo único que le importa a un lector, o potencial cliente, es lo que esa empresa puede hacer por él… y en este sentido van los contenidos más leídos y 
compartidos.
3. Escribir para una persona en concreto
Simplemente se trata de trasladar al lector, de parecida manera a como uno se dirige a un amigo, o a un familiar, cuáles son las virtudes de un determinado producto o servicio. En este caso, quizás no sería mala idea crear un personaje al que dirigirse, un personaje que represente a la mayoría de la audiencia.
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